Gata Parda

martes, junio 26, 2007


Noche cerrada

ciega en el tiempo

verde como la luna

apenas clara entre las luciérnagas.


Sigo la huella de mis pasos,

el doloroso retorno a la sonrisa,

me invento en la cumbre adivinada

entre árboles retorcidos.


Sé que algún día

se alzarán de nuevo

las yemas recién nacidas

de mi rojo corazón,

entonces, quizás,

oirás mi voz enceguecedora

como el canto de las sirenas;

te darás cuenta de la soledad;

juntarás mi arcilla,

el lodo que te ofrecí,

entonces tal vez sabrás

como pesa el amor endurecido.